Tips para limpiar y tener tus alfombras siempre perfectas

Aunque hacer una limpieza profunda de la casa no sea una de nuestras actividades favoritas, no podemos negar que vivir en un ambiente limpio y ordenado, sin caer en exigencias extremas, es más saludable. Y no solo para nuestro cuerpo: también produce bienestar mental, nos ayuda a relajarnos y a tener una mayor sintonía con nuestro entorno.

 

Aprovechando que el cuidado del hogar y la organización vuelven a ser una tendencia vital, y además son un concepto muy zen, queremos responder a una de las preguntas que más nos hacéis llegar tras comprar una de nuestras alfombras: ¿Y ahora cómo la limpio?

Antes de ponerte manos a la obra, es importante que te fijes en el material. No vamos a limpiar de la misma manera una alfombra de yute, de algodón que una de lana. Cada una requiere unos cuidados específicos para quedar impecable.

Nuestra recomendación general es que, al menos una vez al año, hagas una limpieza profesional en profundidad. Es una buena manera de que tus alfombras estén bien cuidadas, pero puede resultar costoso. Si te decantas por hacerlo tú mismo, te dejamos nuestros tips de limpieza de alfombras

Alfombras de yute, sisal o fibra de coco

Las fibras naturales requieren ser tratadas con delicadeza. No son amigas de la humedad, por lo que no podemos pensar en echar mano de la lavadora o sumergirlas en agua, en este caso. ¿Cómo sería el proceso para limpiar fibra natural? Dependerá de la mancha:

Para las manchas difíciles actúa deprisa

Agua, jabón neutro (de los de pastilla que usaba tu madre) y un cepillo de cerdas suaves. Frota con delicadeza hasta que salga la mancha. Quita el exceso de humedad presionando con una toalla y luego deja secar al aire. Así evitarás que aparezca el moho.

Cuando pases la aspiradora, acuérdate de tu alfombra

Así evitarás que el polvo entre en profundidad en las fibras y estará siempre perfecta. Aspirar dos veces por semana es suficiente para cuidar de tu alfombra de fibra.

Si cae líquido, absorción y secado

Coge un paño o una toalla y colócalo sobre la mancha para absorber el líquido lo antes posible. No cedas a tentación de frotar. Solo conseguirás extender la mancha y dañar la fibra. Seca adecuadamente para evitar el moho.

¿Manchas sólidas?

Si la mancha es sólida, raspa con cuidado con un cuchillo sin filo. Utiliza un cepillo de cerdas duras para profundizar en el raspado. Solo te queda aspirar y listo.

El temido moho

Lo mejor que puedes hacer para evitar el moho es alejar tu alfombra de la humedad: desde exteriores a suelos recién fregados. Pero una vez que aparece, pulveriza la mancha con una mezcla de agua y cloro (siguiendo un porcentaje de 6 partes de agua por 1 de cloro). Cepilla con un cepillo suave y seca con un paño. Si no ha desaparecido del todo, repite el proceso.

Ten preparado un kit de limpieza en seco

Si la mancha es realmente resistente, usa un kit de limpieza en seco. Suelen contener productos específicos para hacer frente a las manchas más difíciles. Pero recuerda que es solo para emergencias. No es conveniente usarlos a diario.

Un correcto mantenimiento evita los malos olores

Si ventilar y aspirar tu alfombra forma parte de tu rutina de limpieza, no deberías tener problemas de olores pero, a veces con el paso del tiempo, aparecen. Si es el caso, mezcla bicarbonato con unas gotas de tu aceite esencial favorito y aplícalo sobre la alfombra. Después solo queda aspirar.

Alfombras de lana

Aparte de aspirar a menudo para evitar la acumulación de polvo, conviene que eliminemos las manchas según se produzcan. Pero, ¿Qué podemos utilizar?

Sal de mesa

Cómo lo oyes. Una de las soluciones ha estado siempre en la encimera de tu cocina. La sal permite desinfectar y eliminar manchas de las alfombras. Solo necesitas espolvorearla por su superficie, enrollar la alfombra sobre sí misma y dejar actuar unas horas. Pasado ese tiempo, aspira para eliminar los residuos.

Agua con gas o agua oxigenada

Si acaba de producirse una mancha, actúa con rapidez y coloca agua oxigenada o con gas sobre la mancha. Deja que actúe y no la frotes. Luego, sécala con un paño o una toalla.

Vinagre blanco

No te preocupes por el olor, porque una vez que el vinagre se seca, desaparece. Solo tienes que aplicarlo sobre la alfombra diluido en agua. Y también sirve de desinfectante.

Amoniaco

Diluye un poco de amoniaco en agua y mete la mezcla en un vaporizador para aplicarlo sobre la alfombra. Tranquilo, como con el vinagre, el olor también desaparece en poco tiempo.

Bicarbonato sódico o polvos de talco

Son ideales para absorber aceites o grasas. Retira el líquido con papel absolvente, sin frotar, y espolvorea sobre la mancha. Deja que absorba el resto y que se seque. Después, solo queda aspirar para eliminar los restos. El bicarbonato además absorbe los malos alores y mata las bacterias.

Alfombras de algodón

Las alfombras de algodón son vuestras favoritas cuando llega la hora de hacer mantenimiento, porque si su tamaño y su peso lo permite, pueden lavarse en lavadora a un máximo de 30 grados. Eso sí, recordad tener en cuenta que mojadas su peso aumente considerablemente, para no poner en peligro el tambor de la lavadora.

Si vuestra lavadora no soporta tanto peso, siempre podéis acudir a una lavandería industrial o utilizar los productos naturales recomendados para las alfombras de lana.

Las alfombras limpias y bien cuidadas ayudan a crear un ambiente cálido y acogedor en casa. Un lugar en el que relajarse, en el que jugar con los niños, meditar o tumbarse a leer. ¿Para ti son solo un elemento decorativo o algo más funcional? Cuéntanoslo con un comentario o dinos si tienes alguna duda con el proceso de lavado. Que tengas un día Fhygge.

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